La escritura
La escritura es lo que se ha escrito y eso significa haber plasmado un pensamiento sobre el papel o sobre un material duro como la piedra o metal, la escritura es la perpetuidad del pensamiento, sin la escritura el pensamiento se disipa. La forma como se escribe es que el espíritu dicta a la mente y esta a la mano quien es la que definitivamente hace la labor de escribir, pero no es la mano sola y tampoco la mente sola, es necesario que los tres elementos participen. Hablando de la palabra de Dios, a la que llamamos Biblia, que significa libros, es una recopilación de palabras escritas que contienen los mensajes que Dios ha dictado al Espíritu del hombre y este los ha perpetuado escribiéndolos. Existe otro método de perpetuar un pensamiento o un mensaje hablado y es por la tradición, antes de que el hombre conociera la escritura, los mensajes de Dios fueron trasladados de generación en generación y a eso se le llama, la tradición o sea que trasciende de uno a otro. El método escrito es más eficaz y fiel que el de la tradición por cuanto, las palabras que han sido escritas quedan inalterables mientras que la tradición obedece más al concepto el cual es modificado de persona a persona y termina siendo totalmente corrupto de acuerdo a la calidad de la mente que lo transmite. Una idea puede ser o originalmente perfecta pero el hombre con su mente imperfecta la modifica en tal forma que termina expresando algo distinto al original. Los mensajes que Dios ha dado a los hombres experimentaron varias dificultades de transmisión, primeramente por la forma como fueron entendidos y después por las variaciones que se le han ido haciendo de acuerdo al concepto de la mente en cada uno. Este es el caso de las traducciones de la Biblia, originalmente se escribieron estos mensajes en idiomas como el hebreo, el arameo o el griego pero al pasar a ser escritos en español, en inglés, francés, o cualquier otro idioma ya lleva variantes de interpretación que le hacen expresar ideas diferentes a la original. Es más, hay palabras expresadas por Dios que el hombre las ha entendido mal y de allí viene un serio problema de transmisión de las escrituras que resulta en un producto no buscado. Las palabras de Dios, son espirituales y quien las percibe recibe alimento espiritual y no solo eso sino que se derivan en una mejor vida, las palabras de Dios son alimento para el Espíritu del hombre y su originalidad es el mejor alimento, si alguien ha modificado o alterado la palabra, ésta ya no tiene la efectividad esperada, es como las medicinas que tienen un tiempo de caducidad, ingeridas después de ese tiempo, su efecto es menor o nulo, así es la palabra de Dios, si se modifica o altera su verdad, el resultado ya no es vida ni Espíritu sino otro producto que se generaliza en muerte. Las generaciones actuales de hombres, ya no están percibiendo los mensajes originales que Dios habló en su tiempo o que Jesús confirmó en su estancia en la tierra, por esa razón los efectos que se esperaban no resultaron positivos. Pero eso fue previsto por Dios y adelantó una condición en los hombres con respecto a la efectividad de la palabra de Dios y dijo que vendrían tiempos cuando la fe desaparecería, a eso se le llamó la apostasía, y significa apostatar o sea negar, abandonar, incumplir o contrariar la palabra de Dios, este tiempo ya ha llegado, la gente se desespera en su condición de vivir en el mundo y busca que Dios le resuelva sus problemas, busca y no encuentra, los consejos que reciben no son adecuados porque la palabra de Dios ha perdido su eficacia. De allí que mucha gente aun los creyentes estén dudando de la existencia de Dios al no recibir atención a sus plegarias, y más se busca otros métodos y no los recomendados por Dios, en caso de enfermedad, se busca a los doctores y medicinas mercantiles, en caso de otro tipo de problemas se busca a los bancos, a las empresas, etc, pero no a Dios como debió ser. La apostasía ha llegado y está dando frutos. Los mensajes de Dios debieron haber sido perpetuados por los hombres pero la intervención del enemigo de Dios, el diablo, ha modificado su contenido y asi se han multiplicado los conceptos erróneos al pasar de los tiempo, Jesucristo hizo una parábola explicando esa intervención maligna y dice, refiriéndose a la predicación del evangelio el cual se transmite por medio del hablar de persona a persona, dice Jesús, Mateo 13:4-9 “Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.” Y explica diciendo: “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.” La acción del malo se pone de manifiesto cuando arrebata de lamente del creyente la palabra de Dios, cuando causa aflicción y persecución y cuando por medio de riquezas engaña al creyente, de modo que el efecto que se esperaba del cien por ciento, es menguado al 60 y al 30 por ciento o desaparece totalmente. La primera intervención maligna la vemos en el mismo origen de la humanidad, Dios dice a la pareja recién formada que no consuman conocimientos del bien y del mal porque eso les atraería muerte, pero el diablo contradice a Dios diciendo que no morirán si lo hacen, la pareja desobedeció a Dios y obedeció al diablo. Esa es la misma forma como actualmente se procede con la palabra de Dios. Dios dice algo y en la mente del hombre aparece una duda o rechazo diciendo, eso no es posible y actúan o creen lo contrario, produciéndoles muerte espiritual en vez de crecimiento. Mucho problema se deriva de no enseñar adecuadamente la palabra de Dios y más bien utilizar ideas religiosas provenientes de lamente de los hombres, a eso Jesús le llama ser engañado, por ejemplo cuando dice: Mateo 13: 24-26 “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.” Cual fue el resultado? Sigamos leyendo: “ El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. “ Ante esta condición caótica, que podemos esperar, si la gente busca los templos y escucha a los predicadores y les cree en lo que dicen, como pues, haremos para controlar o evitar ese mal? En primer lugar hagamos como dice la Biblia, reunámonos en grupos donde cada uno traiga algo para los demás, 1 Corintios 14:26 “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.” Y no se sienten todos los fines de semana a escuchar un buen sermón de su sacerdote el pastor, eso no es lo recomendable por Dios. La idea es que entre varios se aplique la edificación mutua y eso si es idea de Dios. La reunión no debe ir acompañada de colectas económicas, sino de palabras de Dios, recuerden aquellas palabras de Dios en Mateo 21:13 “y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.” Dios no puso a un solo hombre a enseñar en la iglesia, Dios puso a un equipo, vean esto en Efesios 4:10-12 “El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,” no es uno, son varios e igualmente cuando los ha enviado a predicar no los envía solos sino de dos o tres, Mateo 18:16 “Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.” Marcos 6:7 “Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.” El material que debe usarse en la prédica del evangelio es única y exclusivamente las palabras de Jesús, en base de esto: Juan 6:63 “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” No se trata de irse a sentar a un templo a escuchar sermones bonitos y a ver la actuación del predicador, se trata de llevar alimento espiritual para crecimiento de los creyentes. ¿Cuál es la razón? El crecimiento espiritual es necesario para que obtengamos la capacitación de poder discernir entre el bien y el mal, y asi poder dar frutos a Dios como se espera, 1 corintios 12:4-9 “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” Hebreos 5:13-14 “Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” Hebreos 5:12 “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.” El trabajo que se está haciendo en las iglesias no es el adecuado, se está siguiendo a un hombre y no a Dios, la manera de enseñar no es de una sola persona sino de un equipo y la gente debe colaborar en la enseñanza entre unos y otros, llevando cada uno algo como lo dice Pablo en 1 Corintios 14:26 “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.” La iglesia no se edifica por la obra de un solo pastor, se edifica con dos o más, 1 corintios 3: 1-9 “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda;(A) porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.” Exhorto a los hermanos en la fe, que sigan las instrucciones dadas por Dios, que abandonen la idea de coleccionar dinero y que se dediquen al trabajo que Dios les ha llamado a hacer en la iglesia, que no sean oidores de la palabra sino hacedores, Romanos 2:13 “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.” Santiago 1:22 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Por Victor Manuel Castro Chinchilla